A veces pienso, que bueno es darse cuenta a tiempo de la gente que nos rodean. Sobretodo esa gente que sólo te busca cuando tiene alguna necesidad. Pero lo bueno es ver que uno estuvo siempre ahí, dar sin esperar nada a cambio.
Gente que viene y gente que se va, cuando necesitan uno está, cuando uno necesita no están. Todas las excusas están demás, cada cual sabe lo que hace. Gracias a Dios, yo soy de esas personas que están siempre y sé que me van a necesitar nuevamente. Lo que no se si ésta vez voy a estar. Porque cada experiencia adquirida me está haciendo ver cada actitud.
Por eso digo, mejor no esperar nada de nadie, para no desilusionarme.