Día martes 10 de mayo..

Día martes 10 de mayo, 3:00 de la mañana exactamente. En unas horas me tengo que levantar y todavía no pude pegar un ojo. Decido volver a escribirte, volver a recordarte, como cada noche desde que te fuiste.  Me puse a pensar, y me acordé, uno de los días donde te vi acostada, días después de tu operación. Para ser más clara, fue el 19 de enero. Te habías quedado dormida y roncabas. Entré a tu pieza, haciendo el menor ruido posible, y como de costumbre abriste los ojos. Ese día te agarré las manos, nos sacamos fotos, y te di un abrazo, sin saber que iba a ser el último.
En ese momento tuve uno de esos pensamientos que no se tienen que pensar en realidad, y me pregunté, ¿qué voy a hacer el día que no estés más conmigo?. Y hoy, todavía sin poder creerlo, unos meses después pasó lo que jamás hubiese querido. Y esa pregunta sigo sin poder responderla. Casi dos meses que te nos fuiste. Y trato de recordarte con una sonrisa como mereces, pero es imposible que no se me caigan las lágrimas vieja. Te extraño tanto que no se qué hacer.
Casi 60 días sin verte y todavía no puedo creer que me queda el resto de mi vida. A veces siento que no te disfruté del todo. Creímos que ibas a ser eterna.
Fuiste tan especial con nosotros, creo que por eso te destacamos tanto. Haría hasta lo imposible por volverte a tener conmigo, no te dejaría ni un minuto sola. Escribo para desahogarme, supongo, pero sigo sin encontrar palabras para describir la tristeza que siento.
Necesito volver a esos tiempos donde te acompañaba a todos lados, a hacer las compras, al banco, a cualquier lado, y que vayas agarrada de mi brazo como hacías siempre. Me acuerdo cuando te acompañaba al cementerio a llevarle flores al abuelo, jamás imaginé que te iba a tocar a vos esta vez.
Me gustaría tener una máquina del tiempo, y poder disfrutar cada momento que pasamos juntas. No quiere decir que no los haya disfrutado, sino que nunca pensé que se iban a terminar tan rápido. A veces no valoramos los momentos con las personas, capaz porque sabemos que nos quedan muchos más por vivir, pero lo que no sabemos es que esas personas hoy están y mañana tal vez no.
Te amo abuela, y espero que desde allá arriba me acompañes en cada paso que dé, y en cada decisión que tome. SIEMPRE EN MI CORAZÓN.